Generar en nuestros clientes experiencias positivas, puede llevarnos a construir relaciones de largo plazo que nos aporten rentabilidad y mayores compras a medida que la interacción crece.
Para poder conseguir esas experiencias excepcionales necesitamos una coordinación y comunicación profunda al interior de nuestra empresa.
Nuestro esfuerzo va más allá de obtener tan solo una sonrisa al momento del checkout.
Cada cliente es distinto y sus prioridades cambian según sus necesidades. El beneficio puede estar en la facilidad que tiene para encontrar lo que busca, en la velocidad del servicio en el piso de ventas, o en otros detalles como la variedad de productos a su alcance, la puntualidad de las entregas, la seguridad de que puede encontrar todo lo que necesita, etc.
Vivimos en la era de la experiencia y para competir en ella requerimos una integración digital completa que nos permita aprovechar toda la información que nuestra empresa genera para servir a nuestros clientes.
Las experiencias no son algo mágico o abstracto, se trata de mostrar una empresa que opere a pleno potencial y se sienta integrada, para con eso alcanzar niveles superiores de rentabilidad y de servicio al cliente.
Pero ¿Cómo ayuda la integración digital a nuestra empresa y a nuestros clientes?, veamos algunos puntos de mejora y cómo se logran: